“El día que Jesucristo cumple 30 años, los apóstoles, le dicen:
-Maestro, tu, como nosotros tienes un cuerpo dotado con un sexo. Sin embargo nunca has hecho el amor. ¿No te parece fundamental intentar esa experiencia?
-Por supuesto, amados discípulos. Pero ¿con quién?
-Muy fácil, Maestro. Daremos dinero a Magdalena y ella te iniciará.
Así lo hacen. Magdalena, sonriente, deja entrar a Jesús en su humilde cabaña. cuando se cierra la puerta, los apóstoles se sientan frente a ella disponiéndose a esperar por lo menos dos horas la salida satisfecha del maestro. Pero no ha pasado ni un minuto cuando la puerta se abre violentamente. Ven salir a Magdalena con los cabellos erizados, que huye hacia el desierto dando gritos. Jesús aparece desconcertado.
-¿Qué ocurrió Maestro?
-No sé… Ella me sonrió y yo le sonreí… Ella me abrazó y yo la abracé… Ella me besó y yo la besé… Ella me acarició y yo la acaricié… Ella me desvistió y yo la desvestí. ¡Entonces vi que entre las piernas tenía una herida y la curé!”
Alejandro Jodorowsky