jueves, 4 de septiembre de 2008

Fue una delicia en la alcoba...

La primera vez que compré un dildo fui sola y avergonzada. Mis amigas me habían mostrado los de ellas y yo dije: ¿por qué no? Sin embargo, mi presupuesto solo me permitió comprar uno pálido y mal empacado y con olor a hule viejo. Apenas lo usé, fueron los Q350 más desperdiciados de mi vida.
Le oculté a mi novio que tenía uno, no sé por qué. Quizá pensé que era algo que no necesitaba saber, pues apenas había significado algo en mi vida. Lo que no me esperaba, es que él me regalaría uno. Entonces tuve que aparentar ser nueva en la materia. Mea culpa.

Este sí era uno poderoso, rojo, con tres diferentes “capuchas” para darle diferentes formas (lengua, pene y bolitas). Fue una delicia en la alcoba, por aproximadamente 2 días. Luego volvió a su caja y ahora está arrinconado en el clóset, sin querer, lo juro, junto a una virgen de Guadalupe que me regaló mi mamá hace años.

Tomado de http://jessicamasaya.blogspot.com. Seguir leyendo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos, aquí pasando a cochinear un poco!!!!

Saludos!!