martes, 8 de julio de 2008

Pecados capitales... sexualmente hablando!

Así como nada tiene que ver la maldad con estar de malas, tampoco son malas muchas actitudes que puedes tener en el sexo con tu pareja, y al contrario pueden renovar la relación.

Avaricia
¿Eres demasiado tímida para decir tus deseos? ¿Eres de las que tiene en mente: "no importa si no llego al orgasmo, con tal de que él sí lo haga"? ¡Bórrala! Si deseas más juegos previos, pídelo. Para muchas mujeres hoy día, el SEXO con letras mayúsculas es una grosería. Pero es bueno olvidarse de prejuicios y del miedo a resultar pedigüeña, como decían antes. Aunque se dice que el hombre necesita más sexo que las mujeres, la verdad es que a ellos también les gusta que seamos activas. Pide lo que quieres y se te concederá.

Ira

Muchas hemos podido comprobar cómo, después de una pelea, como parte de la reconciliación puedes hacer el amor de manera fresca. Apasionarse con un punto de vista, sin llegar a la iracundia, crea energía, mientras que evitar los conflictos y tragarse la rabia puede causar letargo y aburrimiento.

Envidia
A cualquiera le da envidia ver a una pareja que tiene igual o más tiempo que nosotras con la nuestra, y sigue despidiendo ese halo de energía sexual por el otro. Tratamos de no sentir envidia, pero es buena siempre y cuando la manejemos como debe ser. Dicen los expertos que la envidia puede impulsarnos a conseguir aquello que deseamos para nosotras. ¡Convierte la envidia en fuente de inspiración! Si observas a una mujer o a una pareja que parece tener una vida sexual maravillosa, busca los elementos y revive la pasión.

Soberbia
Piensa en esas mujeres que caminan con la seguridad de ser hermosas, porque ellas lo han decretado así. Su seguridad es contagiosa. ¿No te encantaría hacer lo mismo? Con frecuencia las mujeres no están orgullosas de su cuerpo porque sólo le ven imperfecciones. Las especialistas dicen que "los hombres se cansan de oírlas diciendo que tienen los pechos pequeños, celulitis; esto acaba por disminuir el deseo". Tengo una amiga que dice: "siempre me comporto como si fuera una diosa del amor. Es una forma de respeto hacia mí misma que resulta un gran afrodisíaco". Nuestros hombres, a menudo medio calvos y flácidos, con panza chelera, sí que saben amarse a sí mismos. Acepta y admira las curvas de tu cuerpo; tu hombre lo hará también.

Pereza
Me provocan admiración esas mujeres que pueden quedarse todo el día en la cama con el fregadero lleno de platos, si así les apetece. No saber ejercitar la pereza puede privarte de la espontaneidad y el abandono que requiere el sexo. La pereza es hermana carnal del sexo. Cuando te casas o convives con tu pareja, las tareas de la casa o las obligaciones te impiden perderte en la cama, pero puede ser que llegues a descubrir que la sexualidad es más importante que lavar los platos u ordenar los armarios.

Gula
En la primera cita que tuve con mi prometido, él observaba con satisfacción mi manera de comer. Recuerdo que sonriendo me dijo: "bien, veo que te gustan los excesos". Luego supe que él pensó entonces que una mujer así no iba a conformarse con cualquier cosa si la relación se traducía en una futura intimidad, porque ahí se vale repetir, dos, tres o cuatro veces, si hace falta. La gula, aquí, sería el afán por probar más allá. Si hasta hoy pensabas o creías que eras una mujer de un solo orgasmo, reconsidéralo.

Lujuria
¿Te has soñado como mujer fatal que seduce inesperadamente? Piensa en algunos de esos galanes de la pantalla o en los de los anuncios que te encantan. A veces me despierto soñando con Vin Diesel, y miro a ese hombre que comparte mi cama; veo cómo duerme plácidamente, ajeno a mi aventura mental. En esos momentos me siento afortunada de tenerlo a él, precisamente a él para cumplir mis fantasías.

Tomado de www.todaMujer.com

No hay comentarios: