Antes de la comida... Ana había accedido a desnudarse ante mi (hoy solo disfrutaba el olfato...).
Tomé de sus manos cada una de las prendas que fue tendiendo: la escotada blusa roja, el ajustado mini short negro, el mínimalista tanga negro. Antes de depositarlas en el armario recorrí con mi nariz cada costura, cada pliegue, cada rincón, cada gota destilada por su ahora desnudo cuerpo: de la blusa, el olor de sus axilas (fresco, rotundo, joven); de sus short las feromonas de sus ingles (una excitante mezcla con fondo a cerezas maduras) y en su tanga, escruté el pequeño triángulo púbico (fondo libidinoso de dátiles con miel... ) y la linea de negro tejido hendido entre sus nalgas (rotundo bouquet de almendras amargas)...
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Tomado de http://www.11besos.blogspot.com
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