Lunes 9:20 de la noche suena el sonido en mi celular que recibe un mensaje... "estoy mega horny". Sorprendido de no saber de quien se trata, me invade la curiosidad y respondo.
El vaivén de los mensajes por los próximos 25 minutos me hicieron vivir una aventura de aquellas que no se repiten.
"¿Estas sola?" Pregunto por el mensaje.... me responde "sí."
9:45 dentro de mi carro me dispongo a ir en busca de aquella llamada. La calentura corre por mi, el nerviosismo de no saber de quien se trata y tener algunas ideas en la cabeza me ponen entre nervioso y caliente al mismo tiempo.
"Voy para allá" escribo al cerrar el portón de mi casa.... "apúrate, venite ya", me responde.
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"no me llamés, sólo por mensaje". Me coloca ante mis llamadas para descubrir de quién se trata y no equivocarme.
¿Quién será? Pregunto, mientras manejo por las calles. Me podré equivocar a la hora que llegue a la puerta de su casa y toque su timbre. La calentura es notable ya en mi. Espero no equivocarme al pensar en que talvez sea ella. Aunque el viaje es largo, la excitación en mi no ha bajado ni un centímetro.
"Estoy afuera" es mi siguiente mensaje. Siempre había querido jugar de esta manera con ella y hoy esperaba que esta fantasía fuera real. "donde estás" es su mensaje.... pienso "la cagué". Segundos después se abre la puerta. Esa bella figura con un baby doll provocador me dice tiernamente: "te gustó el juego".
¡Sabía que eras tu! Respondo. La tomo con mis brazos. La levanto. En la sala quedan los vestigios de aquello que nos tapaba del frío. Llegamos a su cuarto. La recuesto sobre el colchón. Su boca lista a preguntar algo, se queda callada cuando mis labios la silencian con un beso y digo, no quiero saber nada más. Por hoy somos dos extraños.
Su cuerpo desnudo comienza a variar en temperatura, cada vez más caliente. Mi boca y lengua dura, recorren su cuello, sus pechos, sus pezones, que se endurecen más al no más besarlos. Su abdomen presiente el momento. Mi lengua dibuja el contorno de su ombligo. Y llego hasta su vagina, que húmeda me espera.
Mi lengua comienza a juguetear, no hay manera de frenar este momento. Comienzo a sentir ese manjar que se comienza a manifestar. "No es justo que me adelante" exclama ella, "de eso se trata por esta noche, de satisfacerte", digo.
La beso, la muerdo, la chupo. Todo su interior es mío. Ella rasga con sus uñas mi espalda. Me agarra del cabello y lo jala.
Tomo con mis manos sus pechos. Ahora más duros por la excitación.
Bajo y sigo con mi trabajo, ahora los dedos me acompañaran. Primero uno, después dos, tocando ese punto que solamente yo sé donde se encuentra. La punta de mi dedo índice hace que se retuerza por la cama. Mi lengua acaricia su clítoris, primero con la punta, después con la superficie. Mis labios besan con fuerza su labios inferiores. Mi lengua se introduce en ella, y su reacción es apretarla suavemente para sentirla entera. Se escurre.
Mis dedos aprietan sus labios inferiores, y hacen resaltar al clítoris que la punta de mi lengua lo empapa y acaricia otra vez. Sus gemidos y su respiración van más allá de lo que había escuchado antes. En tan poco tiempo la había hecho mía como nunca antes.
Una de sus manos me aprieta dónde mi excitación es notoria, me quiere adentro.
"No es justo, me voy a venir" exclama. Yo sigo con mi trabajo mientras siento como se corre frente a mi. No lo soporta. Toma mi cabeza y la jala hasta que llegue a estar junto a sus labios. Me besa sin pensarlo.
Me sienta en la cama y ella se sienta en mi. Mi trabajo oral estaba hecho. Ella ardía en pasión mientras nuestros cuerpos hacían uno solo. Ahora haremos juntos el trabajo.
El tiempo pasó. Salgo de regreso para mi casa. Un mensaje llega a mi celular con las siguiente frase: "Me hiciste ponerme como nunca... gracias extraño. Créeme que me puedo volver adicta a este servicio a domicilio."
Este ha sido el mejor de nuestros encuentros y por el momento el más memorable.
El carnicero
1 comentario:
ke kinky! se me antoja ese servicio... my kind of game
la chochis
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